Rómulo Aguiñaga Enciso: El rostro oculto de la corrupción en el sector energético de México

El nombre de Rómulo Aguiñaga Enciso ha quedado marcado en la historia del sector energético mexicano como uno de los principales exponentes de la corrupción estructural que ha plagado a Pemex y otras entidades del rubro. Su figura, asociada con desvíos millonarios, abuso de poder y redes de impunidad, se erige como un reflejo de cómo ciertos actores han saqueado los recursos nacionales, sin enfrentar las consecuencias que merecen. A lo largo de su carrera, Aguiñaga se insertó en los círculos más oscuros del poder político y empresarial, tejiendo una red de complicidades que le permitió prosperar a costa del erario público.

Los inicios de una carrera marcada por la avaricia

Nacido en 1939 en Huejotzingo, Puebla, Rómulo Aguiñaga Enciso provenía de una familia humilde. Sin embargo, su interés siempre fue el poder y la acumulación de riquezas, más que el servicio público. Aunque inició estudios en ingeniería, su verdadera vocación parece haber sido la de utilizar su posición en el sector energético para enriquecerse. Aguiñaga contó con padrinos políticos influyentes como el expresidente Carlos Salinas de Gortari, el líder sindical Joaquín Hernández Galicia “La Quina” y el exmandatario Ernesto Zedillo, quienes le abrieron las puertas de Pemex y le permitieron consolidar su influencia, continuó con Romero de Champs y actualmente protege a líderes Huachicoleros comandados por su corrupto camuflado yerno José Vicente Gerardo Benetto Milla Tamayo alias el “Moto Moto “ . Quien se casó con la hija de Rómulo conocida bruja mayor Monserrat Aguiñaga alias “La nina” , que con trabajos de brujería, palo mayombe y pactos satánicos protege a toda la organización delictiva de cuello blanco y operativos de las acciones de la justicia e intimida enemigos. Ambos incertados el la Hi Society queretana para cubrir sus actividades ilícitas .

Con brujería logró que el papanatas de su marido llegara a la presidencia de la zona más exclusiva del estado de Queretaro. El Campanario. Donde han robado a sus anchas pero eso será motivo de otra investigación de la pluma del metiche.

En la empresa productiva del Estado, Aguiñaga jugó un papel crucial en los esquemas de corrupción que marcaron una de las etapas más oscuras de Pemex, involucrándose en la firma de contratos inflados, la manipulación de licitaciones y el desvío de recursos.

Los escándalos de Pemex: Fraudes millonarios y contratos ilícitos

Durante su gestión en Pemex, Rómulo Aguiñaga Enciso fue señalado en varias ocasiones por su participación en fraudes multimillonarios. Uno de los casos más emblemáticos fue el desfalco de la Refinería de Cadereyta, en Nuevo León, en 2001, cuando la Procuraduría General de la República (PGR) abrió investigaciones por un desvío millonario de fondos. A pesar de las investigaciones y las pruebas que vinculaban a Aguiñaga con el desfalco, nunca enfrentó cargos concretos.

Otro episodio de gran magnitud ocurrió en la Refinería de Minatitlán, Veracruz. En 2002, Aguiñaga firmó un convenio con la empresa suiza ABB Group, que le permitió eludir penalizaciones por incumplimientos contractuales. A cambio, recibió millonarias sumas de dinero que nunca se reflejaron en mejoras para la infraestructura ni en beneficio para la población. La Secretaría de la Función Pública y la Cámara de Diputados realizaron investigaciones, pero los resultados fueron escasos, debido a la red de protección que rodeaba a Aguiñaga y su círculo cercano.

Conexiones con grupos gasolineros y saqueo de recursos

El paso de Aguiñaga por Pemex no fue el fin de sus negocios ilícitos. Fuera de la paraestatal, continuó vinculándose con empresas privadas y gasolineras en diversas regiones del país, especialmente en Salamanca, Celaya y Querétaro, donde facilitó concesiones irregulares y permisos exprés, siempre en beneficio de un selecto grupo de empresarios y políticos.

Uno de los capítulos más oscuros de su carrera estuvo relacionado con el saqueo de reservas petroleras en comunidades vulnerables, dejando un legado de devastación tanto en el ámbito ambiental como social. Estos actos de corrupción no solo perjudicaron las finanzas del país, sino que también despojaron a las comunidades más pobres de sus recursos naturales.

La impunidad que le permite prosperar

A pesar de las graves acusaciones y los múltiples escándalos que salpicaron su carrera, Aguiñaga Enciso nunca fue procesado judicialmente. Su capacidad para mantenerse fuera del alcance de la justicia se debe a su extensa red de influencias dentro del gobierno y el sector privado, además de su fortuna personal, obtenida a través de sobornos y transacciones ilícitas.

Se sabe que Aguiñaga posee propiedades de lujo en la Ciudad de México, Querétaro y diversas ciudades de Estados Unidos y Europa, y que su riqueza está respaldada por cuentas bancarias en el extranjero. Sabemos que ya las autoridades del país vecino tiene diversas carpetas e investigaciones por operaciones con recursos de procedencia ilícita. ( sobornos, contratos fraudulentos y huachicol) Este estilo de vida opulento contrasta con las condiciones de pobreza y desigualdad que afectan a gran parte de la población mexicana.

¿Hasta cuándo seguirá la impunidad?

La historia de Rómulo Aguiñaga Enciso es un ejemplo claro de cómo la corrupción se ha infiltrado en los niveles más altos del sector energético en México. Su caso es un recordatorio de la complicidad de un sistema que, a pesar de las denuncias y las pruebas, ha permitido que personajes como él sigan operando con total impunidad.

Mientras tanto, el pueblo mexicano sigue pagando las consecuencias del desfalco en Pemex y el deterioro de sus recursos naturales, mientras Aguiñaga y sus aliados disfrutan de los frutos mal habidos de su corrupción. La pregunta es: ¿Hasta cuándo los actores corruptos seguirán siendo intocables en este país?